SENTISTE QUE EL DÍA
TOMABA RELEVO A LA NOCHE.
Sentiste que el día
tomaba relevo a la noche.
Cuando abriste los
ojos,
las luces cambiantes
del alba corrían sobre la estación.
Campos conocidos,
paisajes brotando
como flores nuevas.
Miraste a través del
cristal los recodos
de ríos y frondas.
La luz de emergencia
te forjó el perfil.
Al tren lo engullía
el centro de un túnel,
se perdió un
instante en otra realidad.
Te sentiste pequeña,
alejada de lo
conocido, inmersa
en su vientre, en la
oscuridad.
Pero el sol regresó
de repente
deslumbró tus ojos,
y te trajo
con él, el regalo de
un destino nuevo.
Una sencilla
estación de provincias.
Decidiste bajar,
allí mismo,
pernoctar en ella.
Quedarte despierta,
ver amanecer.
Y pensaste,
“pospondré por un
tiempo el regreso”,
quiero comprender,
por qué el camino es
lo que importa.
Carmen Hinojal